Durante un reciente conflicto de 12 días entre Israel e Irán, Estados Unidos utilizó hasta el 14% de su reserva global de interceptores de misiles THAAD para defender a Israel de los masivos bombardeos de misiles iraníes. Según informes, Estados Unidos solicitó a Arabia Saudita proporcionar interceptores adicionales, pero Riad se negó, resaltando alianzas cambiantes y tensiones regionales. El rápido agotamiento de los interceptores ha generado preocupación entre analistas de defensa, quienes advierten que podría llevar años y miles de millones de dólares reponer las defensas de misiles de Estados Unidos e Israel. Esta situación expone tanto la fuerte dependencia de Israel en el apoyo militar de Estados Unidos como las posibles vulnerabilidades en la preparación de Estados Unidos para futuros ataques de misiles a gran escala. El episodio también subraya la creciente complejidad de la geopolítica del Medio Oriente, con la postura de Arabia Saudita señalando una posible reconfiguración.
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