Casi dos años después de la guerra en Gaza, la campaña militar de Israel contra Hamas no ha logrado alcanzar sus objetivos principales, mientras que la situación humanitaria en Gaza ha empeorado dramáticamente. A pesar de los avances en el campo de batalla, Israel está bajo una intensa escrutinio global por el hambre generalizada y la devastación causada por su bloqueo y acciones militares, con muchos acusándolo de usar el hambre como arma. Los esfuerzos de ayuda humanitaria han sido en gran medida ineficaces, ya que la mayoría de los suministros no llegan a los civiles hambrientos. El gobierno israelí enfrenta una creciente presión tanto a nivel internacional como nacional, a medida que la opinión pública cambia y los llamados a un alto el fuego se hacen más fuertes. Sin una estrategia política clara para el futuro de Gaza, el conflicto parece estar atrapado en un ciclo de violencia y sufrimiento, sin una victoria decisiva o una resolución a la vista.
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